Una fuente de energía primaria es toda forma de energía disponible en la naturaleza antes de ser convertida o transformada. Supone el input utilizado en un sistema energético. Esta energía ha de modificarse posteriormente en una fuente de energía secundaria para poder ser utilizada. Una de las formas más usuales de consumo de energía es la electricidad.
En España la energía renovable aumentó un 8,2% en 2018 hasta representar el 13,9% del total de energía primaria,lo que las posiciona en tercer lugar, por detrás de los productos petrolíferos (44,9%) y del gas natural (21,1%). Por debajo de las renovables se situaron la nuclear con un 11,3% de participación y el carbón con un 8,6% (Gráfico 1).
En 2018 las tecnologías renovables en su conjunto cubrieron el 37,6% de la demanda eléctrica peninsular, 5,7 puntos porcentuales más que el 31,9% alcanzado en 2017. Al igual que en los últimos años, la energía renovable con una mayor contribución a la cobertura de la demanda nacional fue la eólica con un 18,2%, seguida de la hidráulica con el 13,3%, la solar fotovoltaica con un 2,9% y la solar termoeléctrica con el 1,6%. La biomasa, el biogás, la hidroeólica y las energías marinas, agrupadas dentro de “otras renovables”, aportaron el 1,6% restante (Gráfico 2). Del total de la generación de electricidad a partir de energías renovables, el 70,2% corresponde a la energía eólica, seguida de la energía solar fotovoltaica con un 14,2%, la solar termoeléctrica con un 7%, la minihidráulica con un 6,3% y la biomasa con 2,3%.